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La preocupación debe ir más allá del tipo de colegio, la clase de profesores o el nivel socioeconómico de los niños.

Eso fue lo que hicieron en el estudio ‘Familia y logros escolares’, realizado en Chile por el centro de investigación Libertad y Desarrollo. Partieron de la hipótesis de que la familia es importante y lo comprobaron al observar una asociación entre los puntajes obtenidos por los alumnos y las características de su núcleo familiar.

Observaron que los que viven en hogares con madre y padre tienen puntajes superiores que los de hogares uniparentales. Cuando vieron la situación laboral de las madres, el que ellas trabajen fuera del hogar no tiene una fuerte incidencia en el rendimiento de los alumnos. Y cuando analizaron lo que los padres esperaban de sus hijos en materia educacional, constataron que los más aventajados son aquellos cuyos progenitores tienen altas expectativas sobre ellos y los motivaban para lograr sus metas, independientemente del estrato socioeconómico.

1- Bondades de la motivación

Lo que los padres esperen de sus hijos, unido a las herramientas que utilicen para estimularles el gusto por aprender, influye en el desarrollo de su potencial. Según el estudio, los alumnos de mejores puntajes eran los de padres que expresaron el deseo de que sus hijos llegaran a la universidad o continuaran estudios en la educación superior, independientemente de su situación socioeconómica. Los de bajos puntajes, tenían padres conformes con que terminaran bachillerato.

Esta es una apreciación compartida por los especialistas. "Las expectativas son el factor que más explica el rendimiento escolar. Pero no sólo es la de los padres –la mayoría de ellos espera mucho de sus hijos–, sino también la de los profesores. De hecho, las investigaciones demuestran que hay una correlación entre las expectativas de los profesores y el rendimiento de los alumnos", sostiene la doctora en psicología Violeta Arancibia. Con altas expectativas, los niños se sienten valorados y estimulados a desarrollar sus capacidades.

El principal papel de la familia es motivar al niño para que se interese por aprender. "Hay que abrirles el mundo, porque lo que para uno es obvio, para ellos no. Hay que darse tiempo para ver televisión con los hijos, comentar libros, navegar por Internet", ejemplifica Arancibia.

"Tomarse un tiempo para mostrarles que el conocimiento es enriquecedor. Si el hijo no sabe qué significa una palabra, buscarla juntos en la enciclopedia, ver otros significados y alentarlos a que revisen en otras fuentes. Una mamá que hace eso le abre el mundo a sus hijos", complementa la psicóloga Jacinta Scagliotti.

Motivar y ayudar a los hijos en este camino, aclara Arancibia, no significa "escolarizar" la relación padre e hijo. "Soy absolutamente contraria a que los padres ocupen un minuto de su vida ayudándoles en las tareas a sus hijos. Sí deben participar de la formación de hábitos de estudio, pero sólo hasta cuarto básico".

2- Buen vínculo madre-hijo

El estudio encontró que no hay diferencias significativas entre los puntajes de los hijos de madres que trabajaban tiempo completo fuera del hogar y aquellas que no lo hacen. Los investigadores atribuyen estos resultados a que, en estos casos, las madres pueden ser sustituidas por otros recursos escolares como computadores, libros y clases de refuerzo si los hijos lo necesitan.

"Esta conclusión muestra algo que sirve de alivio de conciencia a las mamás –apunta Rosita Camhi–. El hecho de que estén todo el día afuera trabajando no implica que a sus hijos les vaya mejor o peor en el colegio; depende más que nada de la motivación que les entreguen".

Para Jacinta Scagliotti, lo importante es que la madre sepa desarrollar una presencia sicológica con sus hijos y un vínculo de preocupación con ellos. Sin embargo, siente la necesidad de no generalizar esta situación a todos los casos.

Violeta Arancibia se pregunta cuántas mamás no entran al mundo laboral por miedo a dejar descuidados a sus hijos. "Creo que es un error hacerse la pregunta de si hay que trabajar o no trabajar para que a los niños les vaya bien en el colegio, es una formulación mal hecha. La pregunta es cómo yo como mujer puedo responder a la oportunidad de trabajar y cómo puedo equilibrar eso con la opción de tener hijos y darles lo mejor a esos hijos", concluye.

Agrega que junto con aportar mayores recursos económicos al grupo familiar, las mujeres que trabajan pueden tener más herramientas para "abrirles el mundo" a sus hijos: "Si tengo más estímulos en la vida laboral, por ir a lugares distintos, conversar con personas distintas, ver colores distintos, oler cosas distintas, está en mis manos transmitir esa experiencia a los hijos y ayudarlos a abrir su mundo".

3- Redes de apoyo

"No es despreciable la cantidad de niños que vive en hogares sin padre", destaca Rosita Camhi. ¿Qué pasa con ellos? Según la investigación, quienes tienden a tener un mejor rendimiento son aquellos que viven con su mamá y papá en el hogar, mientras que los que viven sólo con uno de los dos progenitores son los más vulnerables.

Para Scagliotti, una explicación es que los hijos de las familias donde están ambos padres suponen más estabilidad y menos desgaste emocional que aquellos de padres separados. "Hay que dejar en claro que el menor rendimiento no va por el desarrollo cognitivo per se. Pero un buen desarrollo cognitivo, eso sí, requiere de una buena base emocional", sentencia.

Otro factor que podría incidir es la falta de apoyo que tienen madres o padres que viven solos con sus hijos. Por eso, un punto importante a la hora de evaluar el rendimiento es ver si cuentan con la ayuda de abuelos u otros parientes que los respalden y estimulen en el desarrollo de su proceso de aprendizaje. De hecho, los segundos mejores resultados son de los estudiantes que viven con uno de sus padres, pero cuentan con una red de apoyo a su alrededor.

"Mi observación es que lo más importante, en el caso de las madres o padres que viven solos con sus hijos, es qué recursos pueden utilizar para apoyarlos", dice Violeta Arancibia. En estos casos, añade Camhi, la presencia de abuelos o tíos es fundamental para auxiliar a la madre en la tarea de motivar y estimular a los niños.

Cómo se realizó el estudio

Tomaron como punto de partida la información de una encuesta del Ministerio de Educación (2002 y 2003) a los padres y apoderados de los alumnos de cuarto básico y segundo medio. En total, más de 200 mil cuestionarios. A través de ellos obtuvieron datos: desde con quién vivían los niños hasta qué expectativas tenían de ellos sus padres y apoderados. Luego, cruzaron esos datos con el puntaje obtenido por los estudiantes en las pruebas de lenguaje y matemática.

El Mercurio (Chile)

 

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